Un poco de gris.
«Lo que la experiencia y la historia enseñan es que los pueblos y los
gobiernos jamás han aprendido algo de la historia ni han
actuado según las lecciones que hubieran tenido que sacarse de ella.»
Friedrich Hegel
La Ciudad
«Pedimos su colaboración
no circule a mas de 110 km/h
bajo los 30m de altura»
No puedo evitar que esa frase se deslice por las diversas pantallas dispuestas en el habitáculo, aunque de no haber hecho todo lo posible se hubiera repetido sin pausa por los altavoces mientras superara la velocidad.
La capa de contaminación que rodea el mundo, también transporta residuos sólidos, como comprobaron los que conducían los antiguos coches de tierra. Con la invención de los eólicos, todos comprobaron sorprendidos que las tormentas de pedriza y agua sucia que barrían sobre todo las autopistas y los polígonos industriales también se extendían por la parte superior de la capa de contaminación.
Ahora, los modernos eólicos circulan por las vías superiores de circulación, entre cien y doscientos metros de altura. Es una de las pocas veces que solemos ver el sol, cuando montamos en un transporte oficial de La Ciudad.
Cuando me aproximo a La Ciudad, tengo que circular bajo la capa de contaminación. Eso evita piedras y poca visibilidad, pero en realidad lo hago porque me da pena ver lo que podría ser una brillante y reluciente joya en el paisaje cubierta de una pátina negruzca, translucida, turbiamente marrón. Me revuelve el estómago.
Recorro las calles sin mirar una sola vez arriba. Antes lo hacía cuando un rayo de sol conseguía atravesar nuestro sudario. Pero dejé de hacerlo, pues cuando miraba, el astro ya había sido cubierto y no había si no negrura.
Me gusta quedar con Mina y Raina, a pesar de que vivan en La Ciudad. Después de todo, vivamos o no, todos desarrollamos nuestra vida allí. Es uno de los pocos soplos de color en el paisaje el vivo pelo llameante de Mina, una emoción intensa al descubrir en los ojos de Raina un azul intenso y oscuro, profundo, un color desaparecido de nuestros genes por nuestro cambio de vida hace mucho tiempo. Me recuerdan que sigo vivo, a pesar de estar cada vez mas convencido de que me muevo en una tumba.
Dominique
El Blog de ZeTTo 